El Taekwon-Do es un arte marcial cuya técnica actual comenzó a desarrollarse en Corea a partir de 1945, después de terminada la ocupación militar japonesa en dicha península. Una serie de circunstancias pueden ser consideradas las fuentes de este moderno sistema de combate sin armas.
1) El Karate okinawense llegó a Japón de la mano de Gichin Funakoshi en 1922. Al poco tiempo esa disciplina comenzó a adoptar características típicas de la cultura nipona que influyeron fuertemente sobre ella (copia de uniformes y estructura jerárquica del Judo, adopción del ethos Samurai, etc.). En ese momento Corea se encontraba sometida por el imperialismo japonés, que estaba en su apogeo. Muchos coreanos aprendieron Karate (principalmente el Shotokan de Gigo Funakoshi, aunque también el Shudokan de Kanken Toyama), algunos pocos aprendieron elementos de Kung Fu / Chuan Fa en Manchuria (esto es, Kung Fu chino conocido en Corea como Kwon Bop), y comenzaron a difundir lo que sabían. Al concluir la 2da Guerra Mundial en 1945 todo ello pasó a germinar en las primeras cinco escuelas de Karate coreano (Kong su do / Tang su do), que por un proceso de división al cabo de una década terminaron siendo nueve:
2) El resentimiento de los coreanos tornaba inaceptables a las artes marciales japonesas, y su orgullo nacional reclamaba superar a los japoneses y rescatar las cualidades de sus antiguas artes marciales. El General Choi Hong Hi (asociado a Chung Do Kwan y fundador de Oh Do Kwan con Nam Tae Hi) fue el único que tomó conciencia de la necesidad de romper con el Karate, para lo cual se dedicó a modificar de a poco las técnicas de dicha arte marcial que enseñaba a las tropas de la 29a División del Ejército en la isla de Jeju. Se necesitaba un método de entrenamiento diferenciado y “superador” del Karate japonés, con nombre, criterios e identidad propios. Choi tenía una formación y visión superior a la de los demás jefes de escuela: era graduado universitario, hablaba inglés (había asistido a cursos en los EEUU y ello le permitía relacionarse con extranjeros) y creía firmemente en encontrar soluciones racionales y novedosas en lugar de refugiarse en las tradiciones. Así el 11 de abril de 1955 el Gral. Choi propuso al presidente coreano el nombre del Tae Kwon Do para la técnica de combate nacional. Esta modalidad coreana hacía énfasis en la potencia de los golpes (que se comprobaba frecuentemente haciendo roturas), técnicas de patada de mayor exigencia atlética, y contaba con algunas formas (hyong, tul) nuevas ideadas por el Gral. Choi que reemplazarían las de origen japonés y reflejaran los cambios adoptados (las dos primeras fueron Hwarang y Chung Mu). En ese tiempo, los integrantes de las divisiones del ejército a cargo de Choi Hong Hi que aprendían el arte marcial debían saludarse entre sí al grito de “Taekwon”. Un número importante de militares coreanos (cinturones negros de Kong su do) fue re-entrenado en el nuevo método por un grupo de instructores encabezados por Nam Tae Hi y Bek Yun Ki, y enviados a Vietnam integrando cuerpos de elite (divisiones Tigre, Caballo Blanco y Dragón Azul), en donde el Tae Kwon Do ganó fama por su eficacia, especialmente en casos puntuales como la batalla de Tra Binh dong donde los coreanos se destacaron por su fiereza en combate.
3) El nombre fue elegido entre otras razones porque sonaba parecido al de un arte marcial coreana que ya se suponía extinguida (el Taek Kyon, que años más tarde fue rescatada del olvido). Las características físicas y modo de moverse propias de los coreanos y su modo de entender el combate fueron modificando en forma inconsciente la estructura técnica del Karate que venían practicando derivando hacia un estilo más ágil y acrobático, enfatizando el uso de las patadas y el entrenamiento de contacto. Hoy puede suponerse -es mi hipótesis personal- que la antigua técnica de patada del Taek Kyon pasó a ese Tae Kwon Do en formación (que era esencialmente Karate) a través del Hapkido que también se practicaba en el ejército. Entre las primeras escuelas que adoptaron las patadas de estilo coreano y las desarrollaron en mayor grado estuvo la Moo Duk Kwan del Mtro. Hwang Kee, un histórico opositor al Gral. Choi. De ese modo, había dos motores de cambio que actuaban en paralelo: por un lado, las definiciones precisas del Gral. Choi separando al karate (o Kong Su Do o Tang Su Do) del Taekwondo; por el otro, a nivel colectivo cientos de jóvenes que al entrenar en el ejército inadvertidamente pulían y descartaban aquello que no era útil para pelear.
4) En lo político un grupo influyente de instructores proveniente del ámbito civil rechazaba las modificaciones que pretendía imponer el Gral. Choi, lo cual generó una situación conflictiva a nivel directivo. Entonces el Gral. Choi aceptó alejarse de la Korea Taekwondo Association que había presidido, dejándola a cargo de los maestros civiles, y fundar la International Taekwon-Do Federation (ITF) en 1966 dedicándose a exportar su arte marcial por el mundo mediante giras de exhibiciones a cargo de instructores seleccionados por Choi, muchos de los cuales se instalaron en Europa y América iniciando la enseñanza en esos lugares (Kim Jong Chan, Park Jong Soo, Kwon Jae Hwa, Rhee Ki Ha, Cho Soo Se, Kim Han Chang, etc.). Sin embargo, en materia combativa los cambios ocurrían en forma similar en todas las escuelas. La acción del Gral. Choi y su grupo de modificar las bases de movimiento sustituyendo las del Karate, y la simultánea evolución de las técnicas de combate (desplazamientos, patadas y tácticas) que eran probadas en campeonatos y entrenamientos actuaron en forma sinérgica, dando origen al Taekwon-Do como arte marcial moderno, lo que se afianzó en los años ’70.
5) Circunstancias políticas determinaron el exilio del Gral. Choi al Canadá en enero de 1972 por el enfrentamiento que mantenía con el presidente Park Chung Hee. Choi pretendió continuar dirigiendo al Taekwondo como presidente de la ITF desde el exilio, cargo que mantuvo hasta su muerte en 2002. En 1973 el gobierno coreano formó la Federación Mundial de Taekwondo (WTF), dispuso el cierre de decenas de gimnasios de ITF en ese país buscando anular toda influencia de Choi, y redefinir al Tae Kwon Do para convertirlo en deporte olímpico que promoviera internacionalmente a Corea. Los viejos rivales del Gral. Choi fueron convocados al Kukkiwon (donde funcionaría la central del Taekwondo surcoreano), aunque de a poco fueron siendo relegados por pertenecer a otra época. Solamente los más innovadores mantuvieron influencia, permitiendo a Corea ingresar en un proceso de modificación de los métodos de práctica y su forma de combate competitivo, que tomaron gran distancia de su pasado japones. Gracias a la incorporación de métodos de entrenamiento de alto rendimiento y de una visión de avanzada del combate libre por parte de Ko Eui Min, Lee Kyong Myong, Choi Yong Ryul y Lee Seung Kuk se desarrollaron desplazamientos, combinaciones tácticas que llevaron la especialidad a la altura de un moderno deporte. Paradójicamente la técnica de base de WTF (esto es, los golpes, bloqueos y movimientos que integran los pumse) por carecer de toda relevancia en el combate deportivo fue desatendida y mantuvo muchas de las características del karate coreano. Choi, por el contrario, diseñó esquemas técnicos de mayor complejidad que incluían espectaculares saltos, giros y acciones de patada, haciendo que las formas de ITF fueran permeables a las nuevas tendencias. La presión del gobierno coreano a través de sus embajadas en el mundo hizo que la variante WTF fuera reconocida como oficial, y que prácticamente todos los maestros coreanos pasaran de la ITF a la WTF para evitar ser acusados de traición, siendo que hacia 1980 el Gral. Choi había encontrado apoyo en el gobierno comunista norcoreano. El Gral. Choi siempre había sido consciente que el desarrollo técnico del Taekwon-Do necesitaba centenares de practicantes avocados a su entrenamiento durante muchas horas diarias para así formar exponentes de alta calidad. Así como durante la década del ’60 había contado con tropas del ejército, el exilio lo privaba de esa ventaja, y Norcorea podía satisfacer esa necesidad además de darle cierto respiro a sus malogradas finanzas. A partir de entonces el Gral. Choi en Occidente tuvo básicamente el apoyo de instructores no coreanos. La fase del Taekwon-Do ITF eminentemente militar había quedado atrás. Ahora ante el Taekwondo que proponia la WTF bajo la presidencia del influyente Un Yong Kim (miembro del Comité Olímpico Internacional) enfocado en los torneos con un combate dinámico limitando el uso de las manos y vistiendo chalecos, Choi opuso a un Taekwon-Do con un perfil de arte marcial tradicional, una técnica estandarizada más rítmica y “coreanizada”, y un reglamento de combate que usando guantes le daba más realismo y variedad. La poderosa WTF con la banca del gobierno surcoreano contra la ITF del militar exiliado y abandonado por sus discípulos era como Goliat contra David. Y este último no cedía en ningún ámbito; Choi ni siquiera se resignaba a perder la batalla por el reconocimiento olímpico, pulseada que ganó finalmente el gobierno surcoreano con la incorporación como disciplina olímpica de demostración en Seúl 1988, Barcelona 1992 y como deporte oficial en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000. Desde el momento de su exilio a través de continuos viajes por el mundo, Choi continuó definiendo y puliendo su técnica que presentaba como el verdadero Taekwon-Do el cual se fue transformando en una marca con cualidades muy definidas y en un símbolo de resistencia, añadiendo a sus clásicas 24 formas un interesante factor el movimiento sinusoide. Mientras que en el mundo las grandes masas migraban hacia el estilo WTF, los miembros de ITF optaron por presentarse como una minoría sofisticada. Desde entonces, motivaciones esencialmente políticas rigieron las relaciones entre la ITF y la WTF, y las llevaron a adoptar perfiles que las diferenciaran.
6) El ciclo histórico cerró con el fallecimiento del Gral. Choi en 2002 y la condena de Un Yong Kim por cargos de corrupción en 2004 por los actos que contribuyeron a la aceptación del Taekwondo como deporte olímpico. Desde entonces una disputa legal ha causado que existan tres entidades que claman ser la auténtica ITF (una vinculada con Norcorea, la otra bajo el liderazgo del hijo del Gral. Choi, y una tercera con fuerte desarrollo en Europa, América y Oceanía liderada por el argentino Pablo Trajtenberg) sin contar a los pequeños grupos dirigidos por maestros coreanos que asistieron al Gral. Choi en el desarrollo de su estilo y se mantienen como referentes al margen de las grandes organizaciones -tres ejemplos son Rhee Ki Ha, Park Jong Soo y Hwang Kwang Sung-. Por el otro lado, la WTF se ha visto envuelta en las dificultades que marcan su crecimiento ante el problema de procesar su doble carácter de deporte y arte marcial.
7) Aunque es claro que el Taekwon-Do tiene origen en la técnica del Karate japonés de comienzos del siglo XX, no es menos cierto que su impronta cambió fuertemente al serle aplicados criterios propiamente coreanos. El pueblo coreano a lo largo de su historia ha sabido absorber y modificar productos culturales extranjeros haciéndolos propios, hecho comprobable con las antiguas disciplinas marciales de ese país fundadas sobre elementos chinos. Nadie puede discutir sin embargo que se considera al Tae Kwon Do como heredero de la milenaria tradición guerrera coreana, históricamente ligada a valores confucianos de jerarquía social con aspectos similares al estoicismo en la formación de la personalidad.
8) Una cuestión que divide al mundo del Taekwon-Do es si puede considerarse al Gral. Choi Hong Hi como su fundador, lo cual usualmente suscita respuestas pasionales basadas en lealtades, gratitudes o rencores personales más que en una visión crítica de la historia. Como argumentos a favor de reconocerle tal posición están que fue él quien concibió su nombre y su separación del Karate, quien creó sus primeras formas (las cuales son reconocidamente más logradas y originales que las que propone WTF), y quien dedicó su vida como nadie por su propagación en todo el mundo como arte marcial tradicional con un mensaje moral. Al Gral. Choi le gustaba afirmar que en su vida había pasado más tiempo en aviones viajando para enseñar Taekwon-Do que en tierra firme. Hizo eso hasta el final de sus días, y no hay maestro alguno de Taekwon-Do que haya sostenido tal nivel de actividad docente durante tantas décadas. Quienes lo objetan señalan que él mismo originalmente se presentaba como uno de los fundadores del Taekwon-Do (así, en plural), que hubo instructores y escuelas anteriores al Gral. Choi que también participaron en la Korea Taekwondo Association y terminaron formando la WTF (o sea, que deberían ser reconocidos como pares de Choi), que él no diseñó ninguna de las patadas o movimientos que han dado fama a este arte marcial, y que afirmar que el Taekwon-Do verdadero es del estilo ITF porque Choi utilizó primero el nombre implicaría desconocer los aportes de más de un centenar de especialistas coreanos quienes a lo largo de 40 años le dieron al Taekwondo sus características actuales. En definitiva se enfrentan la teoría del mérito individual contra la del producto cultural colectivo. No se puede ignorar tampoco la personalidad avasalladora e intransigente de Choi, quien habitualmente se imponía a los demás maestros por sus conexiones y cargos políticos, y terminó atribuyéndose un rol protagónico es algo que suscita rechazo entre los coreanos, cuyo confucianismo reprueba las actitudes individualistas y privilegia los proyectos colectivos. El hecho que el Gral. Choi se haya vinculado con la dictadura norcoreana agrava aún más las cosas, y determina que en Corea (del Sur) se le haya dado la espalda considerándolo un traidor, causa por la cual desde mediados de los años ’70 se generó en Corea un “relato” borrando de la historia no solo al Gral. Choi sino a todo lo que pueda vincular al Taekwondo con el karate japonés. En consecuencia, se ha establecido un mito sin sustento conforme al cual el Taekwondo sería el continuador de las antiguas artes coreanas (subak-hi, kwon bop, etc) descriptas en los antiguos manuales de entrenamiento militar de la dinastía Lee. Recién hace muy pocos años ha comenzado un lento proceso de reconocimiento en Corea del Sur al aporte del Gral. Choi, según pude apreciar en mi visita al Taekwondo Won en Muju en 2015. Mi opinión es que el Gral. Choi merece con toda justicia ser considerado el “Padre” del Taekwon-Do y quien más contribuyó por su desarrollo como arte marcial, estando siempre un paso adelante de sus pares tanto en su internaciolización -fue indiscutiblemente su pionero-, en la vanguardia técnica conjugando eficacia con belleza, y sobre el final de sus días había comenzado a reconocer en la técnica elementos avanzados que normalmente se consideran propios de las artes marciales internas. Ello, independientemente de la opinión que uno pueda tener de algunas actitudes o decisiones que tomó en su vida; pero en suma el Gral. Choi fue alguien con numerosas cualidades que admirar (coraje, entereza, tenacidad, inteligencia, capacidad de entrega por una causa) y a quien sus “herederos” mucho tenemos por agradecer. Si no hubiera existido el Gral. Choi, el arte marcial coreano que practicamos sería otra cosa, probablemente de menor calidad.
(Si a Ud. le interesan los temas tratados en esta nota, diríjase a Artículos, donde encontrará material para profundizar sobre el Karate, la guerra de Vietnam, el Taek Kyon y los antiguos manuales militares coreanos, entre otras cuestiones)