El Prof. Rafael Sabini es 6° Dan de Taekwon-Do, y cuenta con una extensa experiencia marcial de casi cuatro décadas en las que vivió en distintos países viéndose expuesto a diversas disciplinas. Nacido en noviembre de 1968 en Montevideo, Uruguay, vivió unos años en Buenos Aires durante su primera infancia. Luego su familia se radicó en Suecia, donde vivió desde los 8 a los 25 años, edad en que volvió a Buenos Aires a estudiar Letras en la Universidad de Buenos Aires.

En Suecia, su héroe interior soñaba con aprender un arte marcial. Luego de mucha insistencia logró que un amigo le comparta, a los 13, algo de Kung Fu hasta que a los 14 años se inscribió en una escuela de Shotokan Karate donde permaneció dos años. Algo en él lo llevaba a seguir buscando y así llegó a un instructor de Jeet Kune Do con quien entrenó otros dos años.

Fue recién a los 17 años -ya con algo de experiencia- que probando distintas artes marciales conoció y eligió el Taekwon-Do que transmitía Roland Peltier.  También practicó bajo la tutela de Paul Doumbia y Tomas Franzén, todos conectados y abiertos en su mente velando por un Taekwon-Do deportivo sin quiebre. Paul Doumbia saltó a la fama mundial en su exhibición ante el Gral. Choi en el mundial de Glasgow 1984 luciendo sus largas rastas, una habilidad técnica notable y una creatividad coreográfica de avanzada. Rafael, con inspiraciones de ese calibre, participó en torneos de ITF, WTF y All-style. La motivación lo llevó a que paralelamente durante un año practicara boxeo.

En un principio los instructores daban clases en la misma sede. En las propias palabras Rafael: “Aún recuerdo como transpirábamos el dobok con el fin de desarrollar la excelencia de cada patada. En Suecia estábamos en un ambiente marcial muy fértil y variado y al momento de las graduaciones, inspirados por el Kyokushinkai, nos tocaban combates sucesivos, uno tras otro. Y al acercarse un torneo practicábamos de acuerdo a esas reglas.”

Esa práctica se vio interrumpida por un año de estudio en Gotenburgo que hizo que se sumara a la escuela de ITF que lideraba Cindy Armstrong y Håkan Hansson en Frölunda. “Tengo lindos recuerdos de esa época, además de la gratitud de haber encontrado un ITF más estandarizado. Atesoro algún campamento de entrenamiento, más los diferentes torneos en los que participé”.

Al volver a Estocolmo retornó con su maestro Peltier, que había cambiado la sede y sumado al sabom Tony Tefke (en esa época mechó durante un año paralelamente con prácticas de Aikido).

Una vez en Buenos Aires, a fines del 1993, se alistó prontamente en la escuela de ITF de Ernesto Fritzsche que formaba parte del Centro Argentino de Taekwon-Do liderado por los maestros Pablo Trajtenberg y Héctor Marano. El referente en combate deportivo era el sabom Edgardo Villanueva, coach de la selección nacional de aquella época. En ese ámbito, en el siglo pasado, obtuvo su primer dan. También tuvo el gusto de participar de algunos torneos de ITF. Para el mundial del año 1999 en Buenos Aires pudo invitar al equipo sueco de competición a una práctica al dojang del maestro Villanueva donde hizo de intérprete hermanando ambos equipos: “El maestro Edgardo dio varios discursos que yo al traducir sintetizaba con intención de no perder tiempo de práctica hasta que en un momento dijo algo así como «qué idioma tan sintético el sueco, que hablo 5 minutos y vos lo traducís en un minuto», lo que causó risas de todos. Fue un grato encuentro”.

Para aquella época, además de su carrera universitaria estaba interesado en complementar su práctica marcial con algo sanador por lo que cursó tres años de Kinesia Psicosomática (en UKI) comprendiendo así un poco más el funcionamiento del cuerpo y obteniendo algunas técnicas de sanación naturales (más adelante incursionaría seriamente en el Yoga).

Luego de que el sabom Fritszche dejara de dar clases se unió, ya a principios de este siglo, con el maestro Norberto Lerman (uno de los viejos alumnos del GM Nam Sung Choi) quien lo introdujo en su versión del Taekwon-do, si bien del mismo estilo Chang Hon (ITF), independiente y con ciertos enfoques distintivos característicos de la vieja escuela: muchas formas (incluso de su propia autoría), endurecimientos y prácticas tradicionales muchas veces olvidadas en otras escuelas. Con enfoque en el arte marcial y no en el deporte marcial. En sus propias palabras: “Compartí práctica con un lindo grupo, destaco al sabom Hernán Brizuela –no solo por su habilidad técnica- sino también por el período que compartimos entrenamientos en dupla bajo la tutela del maestro Lerman”. Con el Sajionim Lerman se fue graduando hasta el 5to Dan. Motivado por Lerman -además de entrenar solitariamente- Sabini comenzó a dar clases.

Primero fue un grupo infantil en la sede de Mate Amargo (Almagro, año 2011) y luego adultos en la Casona Cultural Humahuaca (Abasto, año 2013) hasta que en el 2014 abrió su propio dojang en Don Bosco 3563 (Almagro) donde hasta hoy continúa brindando clases.

La presencia de otras actividades en la sede, más su pasión por las artes marciales, hizo que con el tiempo se sumara a recibir clases de Karate Shorin Ryu Kyudokan y Kobudo Ryukonkai (práctica que sostuvo -paralelamente al TKD- durante cuatro años enteros 2017 a 2021).

Durante la pandemia siguió manteniendo prácticas online con Lerman, aunque por lo general su entrenamiento de TKD era ya solitario y se sentía un tanto estancado. El encierro hizo que buscara otros modos de práctica y así comenzó prestar especialmente atención a un referente por su despliegue técnico y su propuesta de Taekwon-Do, más su vasto conocimiento de las artes marciales y en particular las coreanas así como dicha cultura en general: fue así como en el 2021 se encolumnó tras el maestro Manuel Adrogué, con quien toma clases desde entonces varias veces por semana. La exigencia física de volver al ruedo tomando clases grupales más la mejora en su nivel de rendimiento hizo que se sienta nuevamente muy motivado, especialmente por su pasión por las técnicas de pateo. “Como si fuera poco en la Mudo Jongshin Won me siento muy a gusto en un excelente grupo de docentes y practicantes” sostiene Rafael.

Hace pocos años sumó el Tai Chi Chuan a su bagaje de búsqueda marcial, junto a su señora Gabriela Navarro.

Como integrante de MJS Taekwon-Do, en mayo 2022 obtuvo su 6° Dan ante una mesa integrada por el GM Han Chang Kim y los maestros Manuel Adrogué y Marcelo Cremona.

En 2023 su dojang pasó a llamarse Ho Yong luego de una larga búsqueda en la que contó con el apoyo activo del maestro Adrogué tanto en la elección del nombre como en el diseño. Ho Yong significa “Tigre – Dragón” que para visión coreana son dos fuerzas complementarias y apuntan a la evolución del artista marcial que pasará por combatir como un tigre –con fuerza y poder- para que con el tiempo pueda desplegarse en un estilo de dragón, más sabio, menos físico que ponga de manifiesto el pleno potencial de este noble arte marcial.

Sabini continúa dando clases en su Ho Yong Dojang en Don Bosco 3563 (barrio de Abasto / Almagro) y actualmente cuenta con el apoyo docente del sabom Camilo Martínez 4to Dan, compañero de escuela y práctica en el Bonbu Dojang del maestro Manuel Adrogué.