9no Dan, Pionero del Taekwon-Do Internacional
Lee Yoo Sun (se pronuncia “i iu son”), miembro de la Oh Do Kwan, es uno de los pioneros que marcaron la época dorada del Taekwon-Do ITF. Tuve oportunidad de encontrarme con él por primera vez en una visita a Seúl en 2008, donde en el mismísimo Kuk Ki Won nos reconocimos, en un memorable diálogo cómplice y en voz baja, como practicantes de estilo ITF.
Lee comenzó a su entrenamiento en a los 15 años bajo la instrucción de Choi Bong Gip y Hong Ei Jung. Según cuenta la entrevista que le hizo Philip Hawkins para la revista Totally TaeKwonDo en 2004, Lee dedicaba dos horas, cinco días a la semana después de la escuela. Cuando no había clases, viajaba hasta la central de Chung Do Kwan para entrenar con Uhm Woon Kyu, Yoon Ki Hue y Son Duk Song. Al finalizar la secundaria, debió abandonar la universidad, a la que asistió un breve tiempo, por problemas económicos familiares.
Se le cerró una puerta, pero se le abrió otra: el ejército le permitiría utilizar su habilidad en las artes marciales, y así lo hizo uniéndose a la Oh Do Kwan dirigida entonces por el General Choi.
Formó parte de la famosa 29na división del Ejército en la isla de Jeju. En 1953 le había sido encomendada al Gral. Choi la formación de esa nueva División 29 (en coreano, DOS-NUEVE puede decirse “I-Ku”, que mediante un juego de palabras se refiere a “el puño”). Entonces hizo dibujar un puño bordeado por el dibujo del mapa de Corea, y movió todo su poder para atraer artistas marciales o reclutas con alta capacidad atlética.
Todos debían practicar. Allí, Lee aprendía la técnica de la Oh Do Kwan a la vez que servía de instructor para los principiantes. Allí vio por primera vez Hwa Rang, Ul Ji y Chung Mu, los nuevos Tul que iban reemplazando a las formas de Karate. Por ello es que se considera que la isla de Jeju fue el seno materno en el cual se formó el Taekwon-Do, aún antes de recibir su nombre. Hoy día puede encontrarse en la isla un monumento donde se recorta contra el cielo un puño en alto, testimonio de la afamada División 29 del Ejército Coreano.
Lee recuerda que durante el tiempo en que el Gral. Choi permaneció como embajador en Malasia, ya retirado de la milicia, las formas que eran diseñadas allí por Choi eran enviadas a Corea a través del Mayor Woo Jong Lim, quien las transmitía al personal militar para su entrenamiento.
La instrucción de Taekwon-Do en el ejército era extremadamente dura, y Lee se ocupaba de mantener un alto nivel de exigencia. La adopción de las nuevas formas, que llevaban los nombres de patriotas coreanos, servía para mantener alta la moral y orgullo nacional de los militares que entrenaban.
Al poco tiempo de regresado a Corea el Gral. Choi, Lee Yoo Sun comenzó a asistir regularmente a la casa del Gral. Choi en Seúl a entrenar, junto con Park Jong Soo, Kim Jong Chan y muchos otros. Lee recuerda que Choi tenía una resistencia física notable, y que el entrenamiento era muy exigente. En el jardín había postes de práctica y colgaban bolsas. Se entrenaba desde las 10.00 de la mañana hasta el mediodía, y la Sra. Choi preparaba fideos. Formas, combate a un paso, patadas y todos los aspectos de Taekwon-Do eran practicados, incluyendo combate solamente con los pies, con las manos tomándose el cinturón por la espalda. El General Choi daba órdenes, y con frecuencia se frustraba con lo que veía. “A veces se enojaba y me decía ´Lee, ¡retírese!!!’” Lee fue graduado por el Gral. Choi en Corea, y más tarde en Holanda, donde recibió el 6to Dan en 1969.
Durante un tiempo Lee residió en Hong Kong, sirviendo de instructor asistente al Mtro. Kim Bok Man. Allí en cierta ocasión, mientras entrenaba en un parque, fue desafiado por alguien, que lo atacó con un puñetazo. De inmediato lo esquivó, derribándolo con una contundente patada giratoria. En otra ocasión, un karateka se presentó en su dojang en Hong Kong, a quien despachó con una patada circular. En Hong Kong, durante 1967, Lee fue anfitrión de su amigo del gimnasio Chung Do Kwan, Han Chang Kim, quien hacía una escala en su viaje a la Argentina a donde se dirigía para introducir el Taekwon-Do.
Ese mismo año Lee se mudó a Holanda para reemplazar a Park Jong Soo, quien debió viajar de modo imprevisto a Toronto, Canadá. A pesar de encontrarse en un país de diferentes costumbres y un idioma que desconocía, Lee desarrolló una gran tarea enseñando, dando exhibiciones y consolidando la Federación Holandesa de Taekwon-Do. Tiempo después decidió regresar a Corea. El General Choi le solicitó que integrara el equipo de exhibición de ITF, en el que participaban los demás maestros radicados en Europa: Rhee Ki Ha, Park Sun Jae, Kim Kwang Il, Kwon Jae Hwa y Lee Kyung Myung. Entonces se le requirió que permaneciera en Francia, hasta que debió regresar a Corea por la mala salud de su padre, quien lamentablemente falleció.
Entonces se estableció en Seúl para hacerse cargo de su familia, formando parte del curso de entrenamiento de instructores de 1970 que el Gral. Choi impartió en Seúl, cuyas fotografías fueron utilizadas para el ulterior libro del Gral. Choi. Lee llegó a ser promovido al cargo de Instructor Jefe de la ITF.
Lee era dueño de un exitoso dojang en Seúl, y el exilio del General Choi (enero de 1972) llevó a que la Korea Taekwondo Association forzara el pase de los gimnasios bajo su autoridad. En 1975 Lee se mudó a los EEUU, estableciéndose en Chicago y reconectándose con la ITF. Allí, con el grado de 7mo Dan, afianzó sus lazos con sus compañeros, los más reconocidos maestros que vivían en el norte de los EEUU y Canadá. El área de Chicago donde abrió su escuela era bastante problemática, y había un delincuente local que lo presionaba para que pagara a cambio de “protección”. Durante bastante tiempo se resistió, pero la cuestión se tornó realmente difícil, hasta que Lee se vio forzado a golpear a esa persona. A raíz de ese episodio decidió que por su propia seguridad y la de su familia, debía cambiar de ciudad. Entonces se dirigió a Midland, Texas. En esa localidad forjó su fama como maestro, con un gimnasio principal al que luego siguieron seis otras filiales con cientos de alumnos.
En 1980 Lee tuvo un momento muy duro en su carrera marcial. El Gral. Choi estaba reclutando maestros para viajar a Pyongyang e introducir el Taekwon-Do en Corea del Norte. Le pidió a Lee que lo acompañara. La situación con Corea del Sur era difícil, pues existía una ley que prohibía cualquier tipo de contacto con Norcorea. Luego de consultar con otros maestros y amigos acerca de qué hacer, Lee antepuso el bienestar de su familia y declinó ante el pedido del General, negándose a viajar al país comunista. Con dolor, advirtió la decepción del Gral. Choi por quien tenía gran admiración. Aunque siempre mantuvo los lineamientos de práctica de ITF, muchos de sus alumnos decidieron pasarse a la United States Taekwon-Do Federation (Master Charles Sereff). Eran las ventajas que tenían los maestros que no habían nacido en Corea.
En 1990 se mudó a Houston, Texas. En esos años se produjo el reencuentro y reconciliación con el Gral. Choi durante un seminario en que ofició de anfitrión Van Binh Ngyuen asistiendo también Park Bu Kuang y Park Jung Hi.
Con la perspectiva del tiempo, Lee considera que el Gral. Choi siempre había sido un visionario, alguien que miraba las cosas a largo plazo, que entendía que la difusión del Taekwon-Do en el mundo debía estar más allá de las circunstancias puntuales de cada momento. Por eso es que Lee, como miembro del Consejo de Maestros en Seúl, está firmemente comprometido en servir de puente para la unidad del Taekwon-Do, buscando lograr el reconocimiento que merece el Gral. Choi Hong Hi, gracias al cual además logró profunda amistad con los maestros Park Jong Soo, Choi Chan Keun y Kim Jong Chan.
En los últimos años, el GM Lee vive la mitad del año en Texas y la otra mitad en Corea. Lee ha estado abocado a la construcción de un gran museo en los EEUU, en el que reúne objetos que pertenecieron al Gral. Choi, a fin de que sirva para el recuerdo de quien considera su maestro y líder del Taekwon-Do.